Miraste fijamente
con ojos color a agua de florero;
miraste,
mas no contemplaste callada las plumas;
cuando yo amanecía tu olor a cigarrillo
y perfume barato en mi inocencia,
tú , falsa virgen, gemiste
alquimias en sonrisas.
Tornaste colores pasteles en
el infortunio de los que te buscan;
somos parte de un contrato,
contrato a firma de piel y tinta de sudor,
ser el callado contemplador de tus gemidos
y buen pagador de tus prestamos
de noche.
1 comentario:
Si yo quise ser esa mujer, la madre de tus hijos y caminar juntos al altar directo hacia la muerte...
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