miércoles, 12 de septiembre de 2007

...


Lo hunden en su bodega llena de hipocresías,
lo escupen y no dejan de escupirlo,
siente remordimiento en sus pestañas,
el puñal de la venganza traducida en bosques
de bofetadas.

No encontró mas ayuda que el sueño de ser feliz
y la pesadilla de pecados en cruces de hierba;
no vió, solo explicó el llanto, solo sumó golpes
en nocturnos gritos de sufrimiento.

Escucha fervorosamente,
que será la ultima vez que oirás tu voz,
serás sonido de piedras en el río, serás precipicio y cadalso
de los que te sonrieron mientras te herían las manos,
serás Satanás de su maldad...

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