viernes, 19 de septiembre de 2008

...

Dos pasitos, tan pequeños
pero tan solemnes,
dos pasitos de mis latidos
para poder verte.

Y los perdí derrepente,
entre tu rubor y mis deseos,
entre mis alquimias pendientes...
Los labios que me identifican,
la puesta de sol en la que
me arrulla tu presencia...
y mi ausencia me intimida.

¿Acaso no sonrie el viento cuando desliza
su dulce sonido sobres tus cabelllos?
Ellos crecen y afloran en mis sentidos,
dulce mañana que transpira tu aroma...
impregnas en mi al sentir que de ellos
todo este tiempo he vivido...

Dejame ser el fruto que nace en ti,
el arrollo que fluye sobre tu regazo,
infinito de flores que nunca marchitan,
dejame ser tuyo a cada paso.

Dulce color carmesí...
en ti poso mi sonrisa cuando la luna
está a punto de salir...

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