
Ella nació del vientre agonizante; ya hace tantos ocasos, que no se pueden contar ni a dedos de los pies. Era nube que recogí del sendero, sus pupilas color blanco eran como dulces que burlaban mi paladar y sus cabellos acromáticos traducían su sabiduría.
En esta época del año, Lima nos llena de su hermoso aroma de humedad y ese frío que hace tan excitante desnudarse, pero al ver su piel como si estuviera en día de sepulcro, me di cuenta que no todos compartían mis ideas (el frío puede ser tan cruel para algunos). Aquella viejecilla, de color morado por el soplido de Lima, hizo despertar en mí sentimientos que uno sabe que tiene, pero que no llegan a ti sino es por una chispa adecuada. Traté de hablar de la forma mas coloquial, pero los únicos sonidos que escuchaba eran los de tres dientes chocándose entre sí, eso me hizo pensar cruelmente que tal vez de tanto chocar sus dientes por el frío se habían caído poco a poco.¿Pero que tonterías hablo? me dije golpeándome fuertemente por pertenecer a esta generación tan insensible.
Logré convencerla que me acompañara a un lugar más cálido, tal vez una taza de chocolate la haría reproducir algunos sonidos, pero aunque notaba la felicidad encarnada en esa sonrisa partida por tres dientes, ella solo atinaba a eso, solo a sonreírle a la taza de chocolate que se encontraba entre sus manos; eso igual me generaba alegría, aunque me sentía egoísta a la vez, por generar una satisfacción en mi a cambio de ayudar a alguien... ¡que importa! ¡Era feliz!
En esta época del año, Lima nos llena de su hermoso aroma de humedad y ese frío que hace tan excitante desnudarse, pero al ver su piel como si estuviera en día de sepulcro, me di cuenta que no todos compartían mis ideas (el frío puede ser tan cruel para algunos). Aquella viejecilla, de color morado por el soplido de Lima, hizo despertar en mí sentimientos que uno sabe que tiene, pero que no llegan a ti sino es por una chispa adecuada. Traté de hablar de la forma mas coloquial, pero los únicos sonidos que escuchaba eran los de tres dientes chocándose entre sí, eso me hizo pensar cruelmente que tal vez de tanto chocar sus dientes por el frío se habían caído poco a poco.¿Pero que tonterías hablo? me dije golpeándome fuertemente por pertenecer a esta generación tan insensible.
Logré convencerla que me acompañara a un lugar más cálido, tal vez una taza de chocolate la haría reproducir algunos sonidos, pero aunque notaba la felicidad encarnada en esa sonrisa partida por tres dientes, ella solo atinaba a eso, solo a sonreírle a la taza de chocolate que se encontraba entre sus manos; eso igual me generaba alegría, aunque me sentía egoísta a la vez, por generar una satisfacción en mi a cambio de ayudar a alguien... ¡que importa! ¡Era feliz!
continuará =)
¬¬//*sA*//¬¬
2 comentarios:
Lo que nos diferencia del resto es que mientras ellos ven bonitas guitarras, nosotros vemos: arboles, artesanos, herramientas, sudor, sueños y pasión.
Mientras ellos ven simples palabras, nosotros vemos: deseos, esperranza, gritos, caricias, mundos perfectos y mujeres.
Sigue escribiendo dieguito... porque esa es una de las pocas cosas que nos diferencian de las piedras. C:
oe k feo escribes jejej mentira ombre la aces escribiendo y ya nos veremos =D besos ummmfff jaja
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