Otra vez el cuerpo putrefacto,
destrozado y envuelto en recuerdos;
he muerto en vida,
en los deseos mas psicopatas y suicidas,
en el nudo de gusanos hambrientos de olor rancio,
hambrientos como el hombre lo está del sexo.
Diseñé el crudo pasado, el destino que me depara,
los ojos que explotan,
la mierda que el cuerpo rechaza.
Hurga en mi pecho,
en los huesos,
en la sangre que despido del cerebro;
y alimentate,
muerde los dedos y el corazón primero.
Si posible es la reencarnación,
el renacer del cuerpo,
es prueba de mi lealtad
no obstruir tus deseos.
Cuerpo gris, frío;
sería recuerdo efímero,
pero en tus entrañas
somos pequeños lazos,
pequeños vuelos patológicos...
...Crece mi amor en tí,
en pequeños pedazos
sábado, 16 de febrero de 2008
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